17 de abril de 2007

Molestias

El estrés vuelve a formar parte de mi vida, hoy por segundo día consecutivo he vuelto a llegar a casa a las nueve pasadas, y sólo estamos a martes. Estoy asqueado, cansado, agobiado...
Hoy tenía que comer con Sara pero al final he tenido que llamarla para anularlo y he debido conformarme con comerme un bocadillo de atún delante del ordenador.

Me escuecen los ojos, así que procuraré no extenderme, necesito apartar la vista un rato de la pantalla antes de que me estallen los globos oculares, o se frían dentro de sus cuencas.
Así que iré al grano: hoy me he dado cuenta de algo que creo que puede ser importante y que además me ha recordado que tengo que pedir cita para el médico.
Cuando iba hacia el trabajo a primera hora de la mañana en el tren, el molesto zumbido que sentí la semana pasada se ha metido en mi cabeza al llegar a la estación de Badalona, y no me ha abandonado hasta el mediodía más o menos. Ninguno de los pasajeros que había a mi alrededor parece haber notado nada. El zumbido ha aparecido de golpe, y se ha ido de igual modo. Luego, sobre las cinco de la tarde ha vuelto y ya no me ha abandonado hasta que, ya de regreso, he dejado atrás Badalona.
No tengo ni idea de qué puede ser, pero empiezo a pensar que no se trata de un síntoma de algo. Es realmente extraño y debo averiguar qué es, ¿pero cómo? Igual Rafa tiene alguna idea.
¿He dicho ya que Rafa es mi Libro Gordo de Petete personal?

Voy a llamarle.

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