20 de enero de 2008

Sábado 9 de junio de 2007, 13:15h

¡Por Dios, qué calor he pasado ésta noche!
Vale que ya hace unos días que hace más calor, pero ésta noche ha sido algo infernal. Tengo que empezar a plantearme en serio el tema del vestuario. No quiero ni imaginarme las noches de julio y agosto embutido en una parka, con los guantes de esquiar y un pasamontañas cubriéndome la cara. Aparte de parecer idiota, mandaría a tomar por saco todo intento de pasar desapercibido, por no hablar de que probablemente caería inconsciente antes de que dieran las doce.
Ayer no caí en preguntarle a Carmen como vestían los tipos que conoce, pero algo me dice que, como mínimo el poli, no necesita nada especial. Habrá que indagar un poco en el mundo de la moda, me temo. Solo espero que mi única opción no sea un mono de licra a lo ciclista ni nada parecido. Mi amor propio se puede ir a paseo si me tengo que poner algo así, por no mencionar el más que probable ataque de risa que le puede dar al delincuente al que me enfrente.
Ya sabía yo que nada de ésto sería como en los cómics.

Quizás después de comer con Magda vea las cosas con más optimismo. Las cosas se ven de un color distinto con el estómago lleno. O eso decía mi abuelo.

No hay comentarios: