25 de marzo de 2010

El Superjuez

Yo no sé qué pensareis vosotros, pero todo lo que está ocurriendo con el Juez Baltasar Garzón me parece penoso y patético. Y me parece increíble que dejemos que juzguen e incluso metan en la cárcel al único Juez de nuestro país con dos cojones para plantarles cara a los poderosos y no arredrarse ante nadie.

En lugar de convertirlo en un ejemplo para sus demás colegas de profesión, se le está persiguiendo y acusando por hacer su trabajo. Y además por hacerlo estupendamente bien a pesar de no dejarle hacerlo en paz.

En un momento como el que vivimos, en que ya no sabemos a quién creer, en que la mayoría de políticos están más preocupados por sí mismos que por el pueblo al que deberían respetar, ayudar y proteger, y en que la delincuencia política está a la órden del día -sin importar partidos y afiliaciones-, no entiendo como se ha llegado a ésto. A perseguir al único Juez del país que lucha a cara descubierta contra la injusticia, la corrupción política y la desfachatez de los mafiosos que se ríen cada día en nuestra cara. Que salen por la tele y se ríen de nosotros porque se creen intocables. Y cuando las ven venir sueltan unos cuantos millones por debajo de la mesa y aquí no ha pasado nada y a unirse todos contra el Superjuez. Son todos unos comprados, unos corruptos y unos asquerosos. Y el pueblo no debería permitirlo.

Si quereis aportar vuestro granito de arena y quereis que el Señor Garzón siga haciendo su trabajo, visitad esta web y sumaros a la causa: Avaaz.org - El Mundo en acción

Que conste que no tengo nada que ver con esa iniciativa. Simplemente actúo movido por un sentimiento de justicia viendo como están yendo las cosas en nuestro país.

A continuación os pongo una parte del texto sacado de la carta que podeis firmar en Avaaz.org - El Mundo en acción:

Más allá de opiniones y gustos personales, lo cierto es que el juez Garzón se ha labrado una reputación por sus incansables esfuerzos persiguiendo a crueles dictadores, terroristas, mafias de la droga y políticos corruptos.

Pero el Tribunal Supremo ha admitido tres querellas en su contra, dos de los cuales podrían afectar el curso de dos investigaciones cruciales para la democracia en España: el caso por presuntas atrocidades en la guerra civil y durante la dictadura, y el caso Gürtel, contra una de las mayores tramas de corrupción política de nuestra historia.

El debate sobre la investigación de presuntos crímenes contra la humanidad es complejo pero encuentra una clara respuesta legal. Por su especial gravedad, el derecho internacional no permite que los presuntos autores de tales delitos se escondan detrás de leyes de amnistía nacionales, incluso en el caso de que dicha ley pueda cumplir un rol importante en periodos de transición política.

Si los tribunales suspenden a Garzón de sus funciones en base a dichas consideraciones, estarán debilitando nuestro compromiso hacia los derechos humanos universales y, con ello, nuestra fe en nuestro sistema judicial.

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