19 de marzo de 2010

Es duro ser un héroe en el mundo real

A continuación os dejo un artículo que salió en El País.com hace aproximadamente 1 año, justo antes del estreno de la película Watchmen. Lo interesante del reportaje son las referencias que se hacen a "superhéroes" reales y los comentarios que se pueden leer de varios de ellos respecto a las dificultades y las ideas u objetivos que tienen estos supuestos superhéroes.

No os perdais, en el último párrafo, la historia de Mr. Invisible, real como la vida misma y divertida como pocas.

Os dejo la canción de los créditos del inicio de la película, del genial bob Dylan, para que os ambienteis mientras leeis.





“No hace falta ser un genio para darse cuenta de que el mundo tiene problemas”, dice uno de los protagonistas de Watchmen. Una obviedad que le sirve para explicar qué hace combatiendo el mal con capa y máscara. Como la que viene ahora: “No son nuestros nombres o las ropas que vestimos lo que nos convierte en superhéroes. Lo que cuenta es lo que hacemos. Si nuestras acciones pueden ser definidas como heroicas en las mentes y los corazones de la gente. Ser un superhéroe real significa ir más allá de lo que se denomina deber. Es hacer lo necesario: salvar vidas y luchar contra el mal”. La diferencia es que esta cita no está extraída de un cómic. Es un auténtico e-mail enviado desde Estados Unidos por alguien que se hace llamar Tothian (imagen de la izquierda) y que se autodenomina Real Life Super Hero (RLSH), un superhéroe real.

Tothian es uno de los alrededor de 200 RLSH —la mayoría, varones— que están reconocidos como tales en el World Superhero Registry, una página web que se ha convertido en el epicentro no oficial de este movimiento básicamente estadounidense. Hombres vestidos con uniformes que se dedican a repartir justicia y responden a nombres como Master Legend, Green Scorpion, Superhero, Geist, Citizen Prime, Captain Jackson, Captain Prospect, Life, Thanatos, Amazonia…

Es un movimiento relativamente reciente. Para muchos, su origen es una reacción “lógica” al 11-S. ¿Qué es Osama Bin Laden, el líder de una organización clandestina que pretende imponer un nuevo orden mundial, sino un supervillano? Y donde está el mal…

“Los superhéroes siempre han estado ahí. Pero reprimidos. Ha llegado el día en que nos unamos y nos enfrentemos al mal. La comunidad mundial de superhéroes da la bienvenida a todos los que quieran destruirlo”, dice Master Legend (imagen de la derecha), luchador enmascarado contra las injusticias residente en Winter Park (Florida).

Lo mismo le ha pasado al mundo. Aunque los superhéroes llevan años por ahí, no ha sido hasta ahora cuando se les ha empezado a prestar atención. CNN, The New York Times o la revista Rolling Stone han hablado profusamente de ellos. Para algunos, son la cara visible de la “ciudadanía activa” a la que llama el flamante presidente Obama. Para otros, simplemente una nota a pie de página en las noticias que hablan del estreno de Watchmen.


 Lo que cierra un círculo: “Watchmen es la biblia del movimiento de los RLSH. El cómic va sobre personas normales, sin poderes, que intentan hacer el bien y terminan haciendo el mal. Eso nos muestra cómo el camino del infierno está sembrado de buenas intenciones”, explica Superhero (imagen de la izquierda), que patrulla las calles de Clearwater (Florida) sin olvidar nunca llevar sobre su uniforme una chapa de Watchmen.

Pero ¿a qué debe aspirar un auténtico superhéroe? Preguntamos a Entomo, el hombre insecto, uno de los miembros más activos de la comunidad de RLSH y el único superhéroe europeo del que se tiene noticia. Con sede en Nápoles, se define como “un hombre enmascarado que está preparado para marcar la diferencia en una ciudad que se ha vuelto loca”.

Hace poco puso en marcha una página web con el clarificador nombre de Manual del RLSH. En ella figura un listado para acabar con la controversia. Atentos, las funciones de un superhéroe son: patrullas de lucha contra el crimen y/o notificar delitos a los agentes del orden; colocar carteles pidiendo ayuda para solucionar casos no resueltos; buscar personas desaparecidas; promover la concienciación medioambiental; ayudar a la gente sin hogar proporcionándoles agua, alimentos y mantas, y donar sangre.

No parece que para muchas de estas misiones sea fundamental llevar máscara. En principio, el propósito del disfraz es proteger la identidad de los RLSH de criminales que busquen venganza. “Pero también hacer una declaración a los malos de que tú luchas contra ellos y para que el mundo tome nota: no eres simplemente alguien que ha visto una injusticia y ha tomado la decisión impulsiva de intervenir. Has decidido tomar parte en mejorar el mundo y quieres ser un ejemplo para otros. El uniforme de un RLSH tiene que estar lo bastante trabajado como para ser una declaración de principios”, explica el World Superhero Registry.

De hecho, muchos de los trajes salen de la misma sastrería. El laboratorio secreto del profesor Thaddius Widget, maestro de los gadgets. Él fue, por ejemplo, el creador del uniforme de Green Scorpion (imagen de la derecha), un superhéroe de Arizona. Por un mínimo de 300 euros es capaz de realizar a medida lo que el superhéroe necesita. Lamentablemente fue imposible contactar con él. Él mismo advierte que, aunque los pedidos se multiplican en su web, el taller está en estos días desatendido. La razón, asegura en su página, es que ha sido reclamado por un arqueólogo para ayudarle a recuperar una serie de misteriosos objetos encontrados en un navío hundido.

El asunto es peliagudo porque los RLSH necesitan sus gadgets. Los superhéroes no usan armas. Lo prohibe su filosofía, y también la ley. Podrían ser detenidos y encarcelados en el caso de ir armados. Su único amparo legal son las llamadas “leyes del buen samaritano”. Se trata de una figura legal muy habitual en los códigos de Estados Unidos que exime de responsabilidad a aquél que actúa con el objeto de proteger a otro. Por eso tienden a patrullar en grupo. La unión hace la fuerza: Black Monday Society (imagen de abajo), en Salt Lake City; Crime Fighting Corporation, en Detroit, o la Justice Society of Justice.


Pero los superhéroes son reticentes a hablar de sus misiones. Tothian, que tiene 24 años, asegura que patrulla las calles más peligrosas de Nueva York. “Empecé con 5 años. Me he entrenado en diferentes estilos de artes marciales, me gradué a los 16 en un instituto militar, a los 17 me hice marine. En este tiempo he salvado unas cuantas vidas, protegido a mucha gente, involucrado en un montón de peleas. En una patrulla, ocho tíos me atacaron, les pateé el culo a siete y el octavo salió huyendo”. El napolitano Entomo (imagen de la derecha) es mucho más sutil. “No encarcelo a nadie. Durante el día investigo. Por la noche patrullo los lugares que he chequeado. Es un trabajo sistemático. Cuido de la gente y los lugares. Hago lo que puedo para salvar el mundo, o al menos, para salvar mi mundo, la ciudad en la que vivo”.


Claro que no siempre es fácil. John Harlow, corresponsal de The Times en Los Ángeles, contaba la triste historia de Mr. Invisible. Después de meses de perfeccionar sus técnicas, por fin se sintió preparado para debutar. Al patrullar vio a un hombre que gritaba a su novia. Decidió intentar calmarle. Un puñetazo de la damisela en apuros le rompió la nariz. “Eso de ahí afuera es peligroso. Fue mi primera, y posiblemente la última, semana como patrullero”. La buena noticia es que su traje de invisibilidad funcionó correctamente. La prueba es que, una noche, un mendigo borracho le orinó encima. Fue incapaz de verle. Lo último que se supo de él es que estaba buscando a quien pasarle el testigo.

2 comentarios:

J-Zombie dijo...

hola,mi nombre es Juanmanuel,vi el relato que pusiste en vandal y esta bastante bien,yo estoy escribiendo un relato sobre ZOMBIES y esta teniendo bastante exito.
Te dejo la direccion para que puedas echarle un vistazo,saludos.

http://juanmanuel-zombis.blogspot.com.

espero que te guste.

Daniel Estorach Martín dijo...

¡Saludos Juanmanuel! Ayer le eché una ojeada a tu blog y vi que estás terminando tu historia.

En cuanto pueda empezaré a leerla a ver que tal, aunque estoy un poco saturado de zombies actualmente con la avalancha que hay en el género XD

Solo un consejo: cuida la ortografía, hay lectores que si hay errores muy gordos no leen. Y más en un título: ¡el a de Volviendo a Valencia va sin h!