25 de abril de 2010

Noches en vela

Después de una semana de dormir poco por las noches y de estar pendiente de las necesidades de la nueva personita que habita nuestra casa, comienzo a comprender como debió sentirse realmente el protagonista de mi novela esas primeras noches en las calles, patrullando a la espera de que algo reclamara su atención. Lo pesadas y largas que se harían esas horas en silencio, solo en la oscuridad y con sus pensamientos, luchando contra el sueño que iría haciendo mella en él a medida que el tiempo pasaba lentamente.

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