15 de marzo de 2011

Segundo microrrelato ganador

Hoy os dejo con el segundo microrrelato ganador del concurso -empatado por puntos con el que publicamos ayer-. Espero que os guste tanto como a nosotros.

Al descubierto, por Iván Pérez

Cuando la conocí conectamos al instante. Utilizaba las palabras adecuadas en cada momento y a la vez las mías parecían ser recibidas con agrado. Me reconfortaba, me divertía y me animaba estar a su lado. Era una sensación maravillosa sentirse complementado. Supongo que era eso que llaman amor.

Sin embargo, pasado un tiempo empezó a incomodarme tanta dependencia. Su nombre había quedado grabado en algún registro de mi cerebro, al lado de la nicotina.

Todo se había vuelto demasiado perfecto. Se adelantaba a mis movimientos y apenas había hueco para la improvisación. La complementación dio paso al agobio y el agobio a la paranoia. Cuando me miraba a los ojos ya no me sentía bien, me sentía desnudo, desprotegido, como si mi conciencia y recuerdos se proyectaran hacia fuera y careciera de toda privacidad.

Parecía haber estado viviendo un sueño desde la más absoluta inocencia y haber despertado en un momento de lucidez. Empecé a reflexionar. Gastaba demasiado dinero. Sacaba demasiadas buenas notas. Daba por supuestos pequeños detalles de mi vida cotidiana de los que estaba seguro que no había contado a nadie. Tenía muy pocos amigos para ser tan encantadora. Creo que no quiere que esto se le vaya de las manos.

Demasiado surrealista para contárselo a alguien. Demasiadas evidencias para dejarlo pasar.

Ahora mismo estamos en la biblioteca. Ella se encuentra dos mesas más allá estudiando con unas compañeras. Me está mirando mientras escribo esto. Creo que sabe lo que estoy pensando. Tengo miedo.

No hay comentarios: