15 de octubre de 2011

«...debería ser motivo de lectura obligatoria en la ESO...» - ¡Nueva reseña!

Hoy os dejo una nueva reseña —una reseña que me ha encantado, por cierto— aparecida esta misma semana en el blog de Jordi Nogués Aymerich, crítico literario y autor de la novela Tres Profecías:

«Había oído hablar mucho y bien de esta novela. Decían que era original, algo novedoso; y dado que el mundo está tan faltado de aire fresco he acometido su lectura con todo el optimismo en el cuerpo.

Daniel Estorach Martín (Barcelona, 1975) inicia su singladura como escritor con Hoy me ha pasado algo muy bestia; novela editada por Marge Books, con 240 páginas. Hay quien sitúa a esta novela en géneros tan novedosos como la fantasía urbana o incluso el hiperrealismo heroico; en mi caso la situaría dentro de la ciencia ficción o la fantasía, pues creo que son los géneros donde habría que encasillar las historias de superhéroes.

Una novela que ha roto moldes. Tres ediciones, un proyecto firme para convertirla en una película y una legión de seguidores por toda España confirman el éxito de esta publicación y la convierten en un aviso para el sector editorial. Además el autor ya está trabajando en una esperada segunda parte.

La primera vez que oí hablar de ella pensé en Orson Welles: cuando a sus veintitrés años, a través de la radio y de una narración sobre La Guerra de los Mundos, consiguió poner a jaque a media sociedad estadounidense creyendo que el mundo estaba atacado por una fuerza invasora de origen extraterrestre.

Algo parecido ocurrió con esta novela. Comenzó en un blog y su primer éxito ya fue conseguir conectar de la manera que lo hizo con los lectores de la red; algunos estaba convencidos que los hechos narrados eran reales. Muy a mi pesar no lo conocía entonces y me perdí esa experiencia. Pues está narrada en formato de diario y el realismo que se desprende da la impresión, al menos durante el primer tercio de la novela, que lo que está ocurriendo no es ficción.

¿Cuál es la virtud que ha convertido a Hoy me ha pasado algo muy bestia en una novela tan idolatrada?

Varios son los factores, que aquí vamos a analizar.

El argumento es tan simple que constituye su primera virtud. Un hombre joven, Daniel García, se da cuenta que ha se ha convertido en un superhéroe de la noche a la mañana. Sus desventuras comienzan cuando se da cuenta que no hay ningún paralelismo entre su vida y la de sus congéneres de Marvel. La realidad de la vida cotidiana le supone un obstáculo de muy difícil superación y nada es como aparece en las viñetas de los comics al uso.

No podemos desvelar más del argumento, pues es una de las gracias de la novela y lo que hace que el lector esté enganchado hasta el final.

Desde el punto de vista estructural los capítulos son las mismas entradas del blog; como si un diario personal se tratara, día a día, e incluso varias en una misma jornada, el protagonista nos va contando sus desventuras, pensamientos y deseos.

Si dividiésemos la novela en tres bloques, el primero es absolutamente brillante; de lo mejor que he leído en muchos años. Fresco, innovador, original, divertido, simpático; lo que hace que la sonrisa se manifieste de forma casi permanente en el lector.

En cambio los dos últimos tercios, una vez que se ha perdido la frescura de inicio, la narración inicia un declive donde pierde casi todas las virtudes del primero. Y varios son los culpables de ese declive: la misma angustia del protagonista, los hechos que le envuelven son más oscuros, cierta falta de originalidad por parte del autor pues las acciones son algo repetitivas y un final que es su principal defecto.

A ese final le hacía falta la misma sonrisa de inicio; eso le habría convertido, a mi parecer, en una obra maestra. Un final oscuro, triste y que te deja un muy mal sabor de boca.

La prosa es inanalizable pues se aparta de todos los convencionalismos de la literatura habitual. Una genialidad puesta totalmente al servicio de la narración. Solo en algún momento del segundo tercio de la novela se vislumbra algún tímido intento de lirismo; pero rápidamente los mismos hechos rompen con esa convencionalidad. Un aviso a las editoriales; no importa como esté narrada una obra (siempre, claro está, que cuente con la mínima calidad literaria), son los hechos y que estos lleguen al público lo básico en la literatura de consumo más actual; la redacción debe subordinarse al argumento y el autor desaparecer de la escena. Y Hoy me ha pasado algo muy bestia llega hasta el fondo del espíritu con esa prosa urbanita y totalmente eficaz.

El autor, en ese aspecto, se muestra muy coherente durante toda la redacción y, aunque a simple vista su estilo parezca tosco e inmaduro, es todo lo contrario; hay que dominar muy bien el arte de la narración y tener un buen sentido lírico para construir un relato de este tipo.

Los diálogos son casi inexistentes y aportan algo de intimismo, pero poco más. Tampoco la novela los demanda, está explicada en primer persona y los pensamientos de Daniel son la base de toda la estructura narrativa; las conversaciones ayudan a romper la monotonía y, sobre todo, a acercar la narración al lector.

Me ha gustado: la frescura y la originalidad. El sufrimiento de Daniel empatiza totalmente con el lector y este se siente muy cercano al protagonista. El primer tercio de la novela debería ser motivo de lectura obligatoria en la ESO junto a los clásicos españoles.

No me ha gustado: el descenso argumental y el final. Es ciertamente difícil mantener ese nivel de inicio durante toda la novela; pero a veces un buen envoltorio o un aderezo muy picante pueden alegrar un regalo sencillo o un guiso mal cocinado. El autor ha sido noble y no ha buscado engañar al lector o distraerle en ningún momento, aunque ello haya perjudicado a la estructura de la novela.

Un aspecto a tener en cuenta

Platón, en su fábula sobre el Anillo de Giges, ya preconizaba sobre cómo reaccionaría un ser humano ante un poder que le pondría en ventaja sobre sus congéneres. ¿Un uso altruista o egoísta? Esa es la cuestión. Y la respuesta de inicio nos conduce a todos hasta le primera de las cuestiones, naturalmente. Pero, ¿y si no tuviéramos que dar parte a nadie o fuera un poder desconocido para todos los demás?

Daniel García se plantea esa duda en varios momentos, cuando su espíritu altruista sufre las consecuencias de no ser egoísta.

Mi recomendación

Hacer un viaje en el tiempo e ir hasta la época en que la novela se estaba colgando, entrada a entrada, en el blog; la experiencia seguro que merece la pena. En caso de no disponer de transporte para ese viaje sería ideal leer la novela bajo ese prisma.

Valoración: 8/10»

Desde aquí le doy las gracias a Jordi por tan magnífica y sincera reseña.

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